"The mind-forged manacles I hear"
London (W. Blake)

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viernes, 25 de enero de 2008

Esta Noche


Ahora tiritan mis dedos al escribir, después de tanto tiempo de ceguera, a tu lado. Quizás siempre lo supe, tal vez no me atrevía a pensarlo de alguien que me inculcó más razón que mi propia madre, sin quererlo. Y ahora me doy cuenta de que... si está del otro lado, tal vez debería cumplir mi promesa y tratar de entender; tanto he deseado yo algo así... Y le he rogado a la Diosa que me muestre... ahora voy a mirar a ver si puedo ver tu cara frente al reflejo sin llorar o atromentarme. Son cenizas, tu no, y no lo serás en cuanto yo pueda intervenir. Quizás te siga, ¡imaginate! Junto a ti, como siempre, en "malos pasos".
Y además, esta misma noche, en la que descubrí tantos secretos como hacía tiempo - ¿O nunca?- había podido hallar... vuelve a mi vida aquel de mis tormentos, y yo agradezco, con toda humildad. 'Ella' me mostró tanto gracias a él; curioso. Ahora soy yo la que habla omnipotente, y en su espantoso arrepentimiento es tan patético, que preferiría su antigua y ridíula parodia de poder.
Comprendí el equilibrio absoluto, por lo menos hasta ahora, no sé ni quiero decirme si soy tan sabia -no, no creo- como para haber descubierto el punto medio de la balanza del inicio de los tiempos. Pero descubrí muchas cosas. Y así es la vida que nos enreda, sólo que a mi me atrapa un poco más a fondo, como si viera más allá de la vida. ¿Sobervia? Otra de las cosas que he aprendido a aceptar como propias de ese mundo sin bondad, ni maldad. Aunque aveces la culpabilidad me hace dudar. No, la duda me hace sentir culpable... un poco, por haber aceptado en contra de los dogmas que me habían dicho todos que eran correctos, que tan oscura era yo, y tan luminosa también.
Asi mismo, después de la desesperación abrumadora, me calmo y empiezo a pensar que tu aventura no será juzgada, menos por mi, porque no soy "todo el mundo", lo dije, te lo dije. Y si tanto ves, como osas promulgar, deberías saberlo. Lo único que no permitiré es que acabes con esto, por el placer de tus entrañas y fatigues tu cuerpo tan lleno de vida y muerte.
También pasó con él... pero no le puse condiciones, ni me importó su alma, ni su cuerpo, ¡nada!. Será por que te amo, en un concepto más amplio que la simplicidad del amor erotizado, por favor, es algo de almas, y no es ninguna atracción, en este plano físico -Sí, me explico, para que nadie piense que estoy hablando de romanticismo-, es que esto viene de mucho antes, aunque no sé en qué forma, pero espero averiguarlo algún día. Por los medios que sea necesario.
No me olvidaré más de ti. Ni me quedaré inactiva, mientras se me permita.