No sé qué pretendo escribiendo. No sé qué busco, ni cómo me va a llenar enfrascarme en la fantasía.
No sé por qué nunca termino de llenar este corazón, tal vez sí es demasiado profundo, más que el mar, tanto que no existen caricias suficientes para desbordarlo.
Escribo poemas sin sentido; y son palabras ajenas las que sí atrapan por completo mis sentimientos y los hacen canción. Son alegrías momentáneas las que se encargan de taparle los ojos a mi abismo para que no le recuerde a mi conciencia que hay una batalla que todavía no termina, ni empieza, una guerra contra un enemigo que no existe. Una batalla más que nada contra las lágrimas que quieren salir y no explican por qué. Batallas contra todo lo perdido todo lo pasado, contra las sombras temerarias de lo que me gustaría no tener y retengo.
Una batalla que sólo termina cuando logro sacarme la sangre de las venas y ponerla en otro corazón.
Cuando ya no necesito escribir una y otra vez las mismas palabras repetitivas y monótonas, que perdien todo el sentido porque de tanto sentirlas y ano me liberan... asi que si queda algo por escribir ya no sería "siento", ni "recuerdo", sólo "espero"
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