"The mind-forged manacles I hear"
London (W. Blake)

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martes, 2 de diciembre de 2008

Rendida


Cayó a sus pies y abrazándose a sus piernas dejó caer todas las lágrimas que había guardado tanto tiempo en silencio. Fue como desnudarse el alma y declararse su esclava sin decir nada. Entonces él entendió, supo que tenía en sus manos el alma entera de esa mujer.

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