"The mind-forged manacles I hear"
London (W. Blake)

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viernes, 19 de marzo de 2010

Inconfesiones II


De puro curiosa me encontré con el pasado. No el mío, uno ajeno. Y debo reconocer que se me sacudía el pecho. Y de puro curiosa lo leí entero, lo escuché entero y hasta me lo imaginé. De puro curiosa, ¡Y hasta con un poco de envidia! -insana, porque no tiene el menor grado de sensatez (pero el egocentrismo femenino a veces hace que una quiera ser el principio de todo).
Es difícil encontrarse con el pasado que es tan configurado e inamovible. Parece que se vuelve difuso, pero es por la debilidad de nuestra memoria, en el fondo sigue tan claro como pasó, porque olvidemoslo o pasemonos noches enteras recordando, "lo que pasó, pasó" (Heme aquí citando un reaggeton...).
Lo triste de no ser pasado es que yo ahora no sé si quiera si soy presente, menos futuro. El futuro es variabilidad total, la respuesta a la pregunta sobre nuestra presencia en el futuro recuerdo de lo anterior, es completamente inductiva. "Quizás". Pero las probabilidades no dan seguridad, que es lo que tanto uno busca, porque no puede con eso de echarse a la vida y vivirla a medida que se vive.
Lo que me preocupa es mi preocupación por ese tiempo que se fue y que viene, y que no es mío. (Pero no tengo ganas de ocuparme... así que me preocupo, al menos por el momento)
Me asusta mi temor al mañana ausente. Y a la distancia, que quizás disolverá momentos que pasaron como un receso y que, sin embargo, se incrustaron en lo que fue: un pasado.
Es inamovible e innegable: lo que pasó, pasó.
Conmigo y sin mi.



Quiero...


No quiero, me tengo que bastar.






*

2 comentarios:

Muñoz dijo...

Rose, lo del mañana ausente está perfectamente dicho. Pero creo que el pasado es aún más incierto que el futuro, no es tan inamovible y es más climático y geográfico que el mismo presente.

Anónimo dijo...

Quizás, quizás, quizás (8).