Yo siempre al revés:
cuando el mundo se distorciona lo veo todo claro (quizás mis problemas sean a la vista...o al equilibrio)
cuando la catarsis se vuelve sobre la gente, soy una ahijada de la paz etérea, inmune a la tragedia (aún si fuera vástago de mis plumas)
cuando ellos pisan mierdas, yo giro elegante y, vuelo.
Primera vez que estoy arriba, con un pie girando -abajo- sobre el eje de una pista americana, de un diseño de París, de una música romana, ¡cuán bailarina abierta en flor!
La vida se echa las ganas: tira dados sobre las cajas de bolitas que intentamos encerrar, como si fuera al azar, como si Alea fuese a jugar. A veces todo va bien, y entonces, viene un traspié. Y la probabilidad, epistemológicamente hablando, sigue siendo la misma. Quizás mañana abra los ojos y este en España, quizás desaparezca, quizás sea mariposas...