"The mind-forged manacles I hear"
London (W. Blake)

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domingo, 15 de julio de 2007

...

¡Qué diablos quien lo lea y lo que piense!
Si lo que busco es tu mirada;
y ni siquiera importa que te llame aquí porque no me oirás.
Me tragiste hasta este extremo sin pensar
en mi delicadeza rota,
en tu poder desde la lejanía.
Quieres siempre saber qué pienso,
pero sin tocar los puntos tristemente intensos.
Entonces, ¿Qué pretendes?
Nada. Puedes decir nada.
Ese es el fin de nuestros parlamentos encubiertos de simpleza.
Decir que no pasa nada.
Tus ojos y los míos alcanzan más pesares.
Si tú y yo lo sabemos,
¿Por qué insistir en la ceguea que compartimos?
Tú tapas mis ojos, yo los tuyos.
Y podemos decir que no hay nada que ver, ¡Qué juego!
Sé...
Sé cuánto dices bajo tus simplezas.
Tú lo sabes.
Me dibujaste con un cuchillos mil palabras en el corazón,
resumidas en la búsqueda de esa desilución que negamos para no dejar de jugar.
Porque, querámoslo o no, mas bien: digámoslo o no,
nos gusta el mismo juego,
ya que, al fin y al cabo,
nos parecemos demasiado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sabes que me agrada lo que escribes, tb ando con mis momentos inspirativos raros en mi..pero no s.e creo que es un don!! see!1 es bueno darse cuenta de eso.es mi manera de salida y relfexion obvio!! un beso.!! te kiero! bye