
así, sin ti la vida es una muerte respirada.
Esperanza incierta, me regalaste tantas verdades, tanta grandeza le vendiste a mi corazón, que ahora me cuesta creer en tu doble filo, que ahora estoy sometida a el dolor de tu desengaño.
Esperanza, fuiste la llave hacia los mundos que jamás creí poder vivir, por eso ahora te retengo, te abrazo... No quiero dejar-te.
No hay comentarios:
Publicar un comentario