Desentrañada, aprisionada, llevada por algún impulso que no cabe en la racionalidad, un impulso mágico, me paré bajo tu semblante...
Con tu luz azul me inundaste; sagrada, plateada; y por un segundo a mi alrededor el mundo dejó de correr, los gritos enardecidos, embriagados, ya no se oían, y tú desde lo alto me mirabas, me abrazabas. Entonces sentí cuanto te extrañaba.
El cielo está limpio y tu te posas en su interminable anchura.
Terminaste lo que no había empezado. Llenaste el vacío de magia que hace tantos días dejaba, emarrado en tediosos quehaceres, la falta de conjuros y velas aromatizadas.
Te plasmo en rituales secretos, oscuros, en llamas. Mas una mirada basta... Pues dondequiera que vaya me miras, Fuego; me tocas, Aire; me sacias, Agua; donde quiera que vaya me atrapas, Tierra; me embriagas, Luna; me envuelves, Vida. Sin embargo, te extrañaba... tanto como me he extrañado a mi misma, porque tú, tú eres la matriz hecha rosales, tú eres Alma hecha rituales.*
Soy wiccana, como ya podeis ver, hace casi dos meses que no celebraba ritual alguno. Extrañaba sentir la energía que te envuelve en una noche de luna llena a la luz de las velas, o, quizás, el poder de sentirme dueña de un poco de ella, lo cual es algo absurdo, ya que la Energía está siempre dentro de mi. Ayer fue un día difícil, fuera de la momentánea distracción de ir a hacer música con mis amigos, o tal vez fue un día normal en el que exploto la bolsa de emociones que había decidido, como siempre, guardar. Llegando a mi casa, sola, fría y oscura, me senté acompañada de mi canina amiga, casi una hija diría yo,Princesa, a ver como se me iba el humo del tabaco entre las manos, cosa extraña en mi. Terminando de satisfacer mis ridículas ganas de tomar un cigarro, el mundo se me dio vulta. Sentí que me iba a desmayar, esto de los mareos... ¡Que miedo! Estaba sola. Me senté en un sillón y luego fui, afirmandome de las paredes a comer algo.
Más tarde, se había llenado, otra vez, mi hogar de invasores bulliciosos que no dejaban dormir, por lo cual decidí intoxicarme sola de música y lecturas interesantes en el rincón más lejano: mi habitación. El hastio me sobrepasaba, el tedio no me dejaba, el mareo atemorizante y las ganas de gritar sin ninguna razón me desorbitaba. A eso de las 2 de la mañana, no sé cuál fue la gota que derramó el vaso... Una fuerza inexplicable me tomó, no era mi voluntad, no estaba en mi conciencia, sólo me dejé llevar. Afuera había neblina, un frío que llegaba a ser doloroso, pero nisiquiera lo sentí. "¿Qué hago aquí?" No sé porqué fui a pararme al medio del patio de mi casa, busqué el lugar preciso sin saber porqué. Entonces, las manos invisibles de esa fuerza extraña me levantó la cabeza y comprendí. La Luna en su primer día menguante. El cielo despejado. El viento congelante. Escapó de mis ojos y cayó hasta mi boca una gota.
*AinWen*
2 comentarios:
o_O
Mond (*
Ahhhh que escribes cosas lindas, mujer =')
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