"The mind-forged manacles I hear"
London (W. Blake)

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domingo, 10 de junio de 2007

Punto de partida*

Otra vez iba corriendo en mi bosque, otra vez se atravezó una rama de problemas y se amarró a mis piernas. Otra vez la Luna estaba mirando y los fantasmas pasados acechando.
Con la daga de las lágrimas partí la rama y seguí corriendo. Seguí buscando.
Los caminos de este senderos son tan conocidos que no hace falta mirar donde poso mis pies, sin embargo sigo callendo, y me sigo levantando, y me siguen vuestras manos afirmando...
Paro de correr y me dicen las voces de mi mente "¿No habías pasado ya por aquí? ¿No te habías tropezado ya con esta rama maliciosa y perpetua?" A mi alrededor estaban los mismos árboles, las mismas piedras, y en frente el mismo lago que siempre estoy buscando para descubrir el misterio que sus aguas oscuras me ocultan bajo el reflejo de mi rostro...y que nunca alcanzo...
Una vez empecé este camino, y no hallé sólo ataduras en mis piernas, no, vi en este camino salir el Sol, descubrí las estrellas del cielo y los milagros de las vidas que caminan a mi lado. Aveces estoy sola, en las noches de Luna Nueva... No veo nada, y me detengo. Dejo de seguir el camino hacia el lago de los sueños. Una vez empecé a caminar por aquí, y nunca pensé que llegaría tan lejos.
Cada vez que algo termina, algo comienza; cada vez que hay muerte, hay vida. Así es el ciclo, el ciclo que nos han impuesto desde la morada de los dioses. Y luego de cada Luna Nueva, comienza a crecer... asi mismo, yo vuelvo a caminar bajo su luz.
Puedo vislumbrar, a lo lejos, un paisaje nuevo, no sé cómo se abrió ante mi este camino nuevo. No se si existe o es mi imaginación, mi deseo de ver otros senderos. Lleva, quizás, este abierto pasaje al mismo lugar... y quizás, pronto será tan conocido para mi como este que ya he recorrido tantas veces. Porque asi de desconocido para mi fue mi donde estoy parada.
Nunca imaginé,en los tiempos del comienzo, del comienzo de mi amistad, de mis amores, de mis sueños, que la vida llevaría a este punto mis experiencias. Y me doy cuenta que cada vez que estamos frente a algo, por mínimo que sea, puede ser el comienzo de algo grande. El destino -me atrevo a hablar de él refiriendome a las vueltas de la vida, y no a un camino preescrito en nuestro libro de historias vividas y por vivir- nos cambia el rumbo como menos imaginamos.
¿Se abrirá un camino nuevo para mi? Y donde me hallo erguida hoy, después de un largo camino, será no una meta, será otro punto de partida, tal como lo es cada paso que puedo dar...

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