"The mind-forged manacles I hear"
London (W. Blake)

_

miércoles, 14 de julio de 2010

El Vestido Rojo


Hay días en que el Sol alumbra, pero no calienta. Cuando el viento helado no apuñala, sino acompaña; empuja a los vagos al camino, levanta las faldas y enreda el pelo.
En uno de esos días me imaginé llena de pliegues rojos. Me imaginé la caída vertical -y paulatinamente hecha espiral- de mi cabello negro, atravezada (perpendicular) con una cinta roja, que más que cinta sería un "lazo rojo". Me imaginé metida dentro de mis zapatos; negros, para combinar. Esos que parecen de ballet, pero no son. Los que tienen una flor, también negra, a un costado; los que no se amarran, porque tienen elásticos finos que se cruzan sobre el empeine. Esos.
Me imaginé tan perfectamente equilibrada, tan pulcra, tan potencialmente digna, tan posiblemente armónica; linda... que te inserté en mi escena para aportarle un fin a mi obra. Te acoplé a mis fantasías para volverte el espectador perfecto, para explicarme que tenía sentido haberme en-vestido de princesa, en un día helado de Octubre, de esos en que el Sol alumbra, pero no calienta.

4 comentarios:

juan dijo...

qué bonito..

Muñoz dijo...

Me agrada el final. No porque realmente me guste.

Ainwën dijo...

Es terriblemente patético!
Pero en bueno...

Alita dijo...

La verdad es que es lindo. Una linda descripción, realmente me gusta :) Filosofía en la Chile? Yo, Derecho en la Chile. Un gusto (académico xd)