"The mind-forged manacles I hear"
London (W. Blake)

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miércoles, 21 de julio de 2010

Escorpiones


Oh, ser individuo abruma y la representación, los objetos a la vista, los aparentes paradigmas cercan la voluntad hasta que dejar-de-ser-sí-mismo se vuelve placentero. Los escorpiones, rodeados por un anillo de fuego, se matan a sí mismos con su propio veneno.
Pero la verdad es que no son suicidas: los escorpiones mueren por el calor y su cuerpo parece enrroscarse, como si, a fin de cuentas, el miedo de verse rodeados, de no encontrar libertad, los hiciera preferir la muerte digna de un suicida, que dejarse arrebatar la vida por las llamas.
¿Pero no es lo mismo? ¿No es la causa última la cerca de fuego?
No nos suicidamos, la vida acaba con nosotros. O es exactamente lo mismo.

1 comentario:

Orchidea♥ dijo...

el decidir envenenarse en nuestro propio almíbar tiene algo de valentía, digo yo.
si no fuera así, quizás muchos otros cobardes tomaría(n/mos) esa misma decisión, no crees?